¿Cómo identificar la alergia en un bebé? Síntomas y causas

alergia en un bebé

Entre un 20 y 25 % de la población española presenta algún tipo de alergia a lo largo de su vida. Ésta reacción patológica del sistema inmune del organismo, puede aparecer en cualquier etapa del crecimiento, pudiendo presentarse también en nuestros pequeños a una edad muy temprana. 

Por ello, muchos padres se preguntan cómo pueden identificar la alergia en un bebé, pues un diagnóstico temprano puede ayudarnos a conocer qué agente está causándola, permitiéndonos así tratar los síntomas para garantizar el confort del nuevo miembro de nuestra familia.

Por ello, desde Tu Baby Shop hemos creado una pequeña guía sobre los síntomas más comunes y los tratamientos recomendados.

Es importante que tengas en cuenta que la alergia en bebés siempre debe ser diagnosticada por un especialista antes de iniciar cualquier tipo de procedimiento médico. Por ello, ante cualquier sospecha, te recomendamos que acudas a tu pediatra a fin de determinar sus posibles causas.

Cómo identificar una alergia en un bebé: síntomas

Existen algunas señales que los padres pueden tener en cuenta a la hora de identificar una alergia. Lo principal es conocer su origen, pues puede ser cutánea, alimentaria o ambiental.

Alergias cutáneas en bebés

Cuando hablamos de una alergia cutánea, nos referimos a una reacción en la piel de nuestro bebé. Puede presentarse en forma de manchas, comezón, piel áspera, húmeda, seca o escamosa, irritabilidad, erupción o sarpullido

Se trata del tipo de alergia más común entre los recién nacidos, pues en sus primeros años de vida, los bebés tienen una piel más fina y sensible a los agentes externos. Algunas causas comunes de las alergias cutáneas en bebés son:  el contacto con algún tejido, el calor, la acción de algún agente químico o la ingesta de ciertos productos.

Ante cualquier cambio en la textura de la piel de tu pequeño, te recomendamos que acudas a un especialista. Es muy importante llevar un seguimiento cercano de cualquier alteración que puedan presentar.

Alergias alimentarias en bebés

Cuando hablamos de una alergia alimentaria en un bebé es importante tener en cuenta que hay que aprender a diferenciar entre alergia e intolerancia.

Las intolerancias se caracterizan por ser menos graves y presentarse en forma de gases, hinchazón y diarrea, en un periodo de 30 minutos a dos horas desde la ingesta del alimento. La más común suele ser la intolerancia a la lactosa, o lo que es lo mismo, la incapacidad para procesar el azúcar de la leche. Aunque suele mostrarse a partir de los 4 o 5 años, también puede aparecer en bebés.

En cuanto a la alergia alimentaria, debemos saber que lo normal es que nuestro pequeño no tolere ni una pequeña cantidad del alimento. Los productos que suelen producirla son la leche de vaca y los frutos secos, aunque puede que esta alergia desaparezca con el paso del tiempo.

Algunos de los síntomas de una alergia alimentaria en bebés son: erupciones, urticaria o picor en el paladar, hinchazón o inflamación, trastornos digestivos (náuseas, vómitos, diarrea o cólicos), lagrimeo, enrojecimiento ocular, irritación nasal, tos o dificultad respiratoria.

En ocasiones, cuando la alergia se refleja en síntomas respiratorios, el llanto presenta la mejor forma de comunicación de nuestro bebé. Por ello, es muy importante que, si tu pequeño llora demasiado, tengas en cuenta que puede estar relacionado con un malestar producido por algún tipo de alergia.

¿Cuáles son las principales causas que pueden influir en la aparición de una alergia?

La sensibilidad es una de las características más representativas de la piel de un bebé. Y, en consecuencia, es más vulnerable ante el contacto con posibles agentes externos. Por otra parte, conviene puntualizar que, en ocasiones, la causa del malestar está enmarcada en un contexto estacional. Es decir, los síntomas se manifiestan con más intensidad, principalmente, en un periodo del año.

La alergia al polen es un ejemplo de ello. Presenta algunos síntomas que pueden llegar a confundirse con los signos de un refriado. Los estornudos son frecuentes en un diagnóstico de este tipo. Finalmente, los niños también pueden tener alergia a algún medicamento.

¿Es posible prever la aparición de una alergia?

Existen varias variables que influyen en la probabilidad de desarrollar una alergia. ¿Hay otros casos de antecedentes familiares? Esa información consta en la historia clínica del paciente. Que un padre o una madre tengan algún tipo de alergia no determina que el hijo la desarrolle. Sin embargo, es un dato a tener en cuenta.

Tratamientos comunes de la alergia en bebés

La intensidad de los síntomas se manifiesta en distintos grados y el tratamiento está directamente vinculado con la identificación de la causa que produce los síntomas. De este modo, los padres reciben la información necesaria para evitar el contacto del niño con el elemento que produce la reacción. Es decir, este es el procedimiento más habitual para prevenir cualquier riesgo.

En aquellos casos en los que el diagnóstico ha producido efectos en la piel, el experto pone una atención especial en la importancia de la hidratación. Además, es necesario hacer un seguimiento de la evolución particular.

Por ejemplo, es posible realizar un registro de determinadas molestias para consultar esta información con el pediatra. Es recomendable anotar la mayor información posible en torno al contexto en el que se ha producido el episodio.

Por otra parte, también es posible aplicar algunas medidas en el propio hogar para crear una atmósfera agradable. Un aire de calidad influye de forma positiva en el bienestar de toda la familia. Los humidificadores para bebé, utilizados con responsabilidad, tienen una función muy práctica en las alergias estacionales. Es imprescindible realizar un buen mantenimiento del dispositivo para garantizar la buena calidad del aire que nuestro pequeño respira.

Consulta con el pediatra las dudas en torno a los síntomas de la alergia en tu bebé. Es el consejo más importante de todos. Y sigue las recomendaciones del especialista para cuidar y proteger al niño. Ten en cuenta que un diagnóstico y un tratamiento eficaz siempre son la mejor solución para la salud de tu pequeño.

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